miércoles, 22 de septiembre de 2010

SUCCÉS ESGARRIFÓS A CIENPOZUELOS

La policía interroga al responsable de la muete de dos ancianos al olvidarlos en la furgoneta de la residencia.

Poli: Dígame, ¿qué estaba haciendo ayer a las 11.00 h?
Luismi: Pues a esa hora más o menos, llevaba yo en mi Citroen C-15 a dos ancianos a la residencia, de la cual soy director.
Poli: ¿Y qué pasó?
Luismi: Pues mire usted, al final no puede completar el trayecto por causas de fuerza mayor.
Poli: ¿Podría ser más preciso?
Luismi: Bueno, pues resulta que recibí una llamada al teléfono móvil y decidí estacionar para atenderla sin incumplir la normativa de tráfico. Así que me bajé del vehículo para hablar por teléfono. Y resulta que era mi cuñao –el marido de mi hermana- el Jose, que estaba tomándose una cervecita en una terraza de una calle próxima a donde yo me encontraba, que si quería acompañarle. Y claro, pienso yo, con el calor que hace y yo tengo que estar aquí con el aire acondicionado estropeao y mi cuñao (que está en paro desde hace cuatro meses) tomando unas cañitas.
Poli: Y claro, al bar que se fue.
Luismi: Pues pensé, tampoco pasa nada porque deje unos minutitos a estos dos ancianos –que tienen demencia senil y van en silla de ruedas- en la furgoneta y le haga compañía a mi buen cuñao. Así que dejé estacionada la furgoneta con los dos ancianos dentro y acudí raudo y veloz al encuentro del Jose.
Poli: Y, ¿qué pasó en el bar?
Luismi: Pues nada, que la primera caña nos llevó a la segunda, y la segunda a la tercera y…Al final no sé cuantas fueron, el caso es que de allí decidimos cambiar de bar para continuar con un aperitivo antes de comer. Fuimos al bar de José Enrique, un amiguete del barrio, y allí continuamos bebiendo. Nuestro amigo José Enrique nos sacó unos vinitos a los cuales no nos pudimos negar.
Poli: Continúe por favor
Luismi: Pues de los vinos pasamos a la comida, al orujo y a un pacharán casero que tiene mi amigo para clientes especiales. En fin, que ya en un estado de embriaguez considerable decidimos ir a un club del barrio a tomar unos cubatillas y a ver si nos tocaban un poco los huevecillos, porque con la cogorza que llevábamos tampoco estábamos para mayores alegrías.
De allí salimos ya muy tarde, con un hambre de cojones, y nos fuimos a comer unas hamburguesas.
Poli: ¿Y cuándo fue consciente de que se había olvidado de los ancianos en la furgoneta?
Luismi: Pues a eso de las 22.00 h, cuando mi cuñao me llevó a por la furgo después de zamparnos una hamburguesas con patatas.
Poli: ¿Y qué hicieron entonces?
Luismi: Cuando me despedí del Jose me acordé de los ancianos y abrí rápidamente la furgoneta, pero ya era demasiado tarde…


Com diria una que conec: Hay que joderse…


Desde el lupanar de rica miel.

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